Monday, August 24, 2020

Nuestra salud: las glándulas suprarrenales

 


Cuando pensamos en salud, lo primero que nos viene a la cabeza es nuestro cuerpo físico: ¿estamos sanas?

¿nos sentimos cansadas o fatigadas?

¿nos cuesta dormir, digerir la comida?

¿o puede que tengamos dolor en algunos músculos o huesos?


Igual no nos planteamos mucho estas preguntas mientras seamos capaces de continuar con nuestro ritmo de vida diario. Aunque el coronavirus ha puesto sobre la mesa una problemática de fondo que nuestros ojos no ven pero que sí percibe y responde nuestro cuerpo. Y son estos seres tan diminutos que son los virus.

Unos seres que se encuentran en todas partes y de formas distintas, afectando de diferente manera a los órganos de nuestro cuerpo. Unos afectan más a los pulmones y aparato respiratorio, como el coronavirus, otros al aparato reproductor, o al hígado o al sistema nervioso. Y dentro de ellos, hay de diversas clases y tipos. Porque hay muchas variedades de una misma clase de virus.

Así, por ejemplo, el Epstein-Barr tiene alrededor de 60 mutaciones distintas, cada una afectando de distinta manera y en grado distinto a nuestro cuerpo.

Y del virus del herpes hay, al menos conocidos, unas 15 variedades distintas.


¿Pero qué hace que unas personas nos afecten más y a otras menos?

¿Qué hace que unas personas tengamos un sistema inmunológico más débil mientras que otras lo tienen más fuerte?


Un aspecto a tener muy en cuenta es el estrés.


Puede que desde pequeñas hayamos vivido en ambientes muy estresantes, con peleas, gritos y malos tratos.

O puede que haya sido más adelante en el colegio por los compañeros de clase y/o alguna maestra que nos creaba ansiedad.

O puede que sea más tarde por circunstancias económicas, de trabajo o personales

El caso es que en estos momentos vivimos momentos de gran estrés a nivel social.

Y éste afecta mucho a las glándulas suprarrenales.

Las glándulas suprarrenales son unas pequeñas glándulas situadas encima de los riñones. Y su papel con el estrés es básico, ya que nos ayudan a hacerle frente generando adrenalina y cortisol.

Están bien preparadas y diseñadas para reaccionar ante un estrés que dure un espacio corto de tiempo: minutos, o como mucho, unas horas. Pero no dias, y mucho menos años como estamos viviendo en estos momentos.

Esto tiene efectos trascendentes en ellas, y en nuestra salud emocional y mental. Porque generan una respuesta errática: pueden generar mucha adrenalina o muy poca; pueden generar mucho cortisol o muy poco, dependiendo de cada persona. Y esto tiene consecuencias nefastas para nuestra salud.

Mucha adrenalina acaba vaciando nuestro cerebro de neurotransmisores importantes, haciendo que nos sintamos deprimidas.

Un exceso de cortisol crea una gran carga en el hígado y en el sistema nervioso central, mientras que un defecto afecta al funcionamiento de la tiroides.

Además del papel de estas glándulas en apoyar el sistema reproductor, generando estrógenos, progesterona y testosterona; y apoyando el páncreas en la producción de la insulina.

Los síntomas de que están fatigadas pueden ser:

Debilidad, falta de energía, problemas para concentrarnos, que sea fácil que nos sintamos confundidas, olvidadizas, mala digestión, depresión, insomnio, visión borrosa sobre todo al levantarnos por la mañana, tener sed pero nada nos la apaga y tenemos tendencia a tener la boca seca, estar cansadas por la noche pero nos es difícil conciliar el sueño...


Pero hay más...

Porque unas suprarrenales en tensión continua acaban encogiéndose y "secándose". Y esto  afecta tanto a los riñones, que van acumulando miedos, temores y ansiedad en sus células, encogiéndose o paralizando sus funciones físicas (y nos puede dar la tendencia a quedarnos paralizadas ante una situación que no sabemos hacer frente). Como también el páncreas se va tensionando, dificultando su papel en la generación de insulina, y a un nivel más profundo, al irse cerrando y tensándose, deja de ayudarnos a abrirnos y aceptar la vida... dejamos de tener ganas de vivir y podemos entrar en una melancolía profunda o depresión, con pensamientos de muerte.

Un terreno físico tensionado y sobrecogido por los miedos, los temores y la ansiedad que son las causas del estrés, es un cuerpo físico que teme a la vida, al mundo exterior. Y que se siente débil, pequeño e incapaz de hacerle frente. 

Entonces nuestro sistema inmunológico se debilita. Porque éste es mucho maś que un puñado de células blancas. Y somos presa fácil de los virus, bacterias y/o hongos.

Si a todo esto le sumamos que vivimos en un medio tóxico, repleto de metales pesados por doquier y toxinas diversas (en el aire, el agua y los alimentos), ya tenemos los abonos necesarios para contraer enfermedades víricas y/o autoinmunes o crónicas.


Por todo ello, ¿qué podemos hacer?


Por un lado, cuidarnos físicamente, como ya comento de vez en cuando en este blog.


Pero también es muy importante saber que nuestro cuerpo es una expresión preciosa de energías multidimensionales. Es decir, somos materia y somos emociones, pensamientos y espiritualidad... Somos un alma maravillosa en un cuerpo físico diseñado para ser su Templo y así realizar nuestra tarea y propósito de vida que va más allá de la profesión que realicemos.

Por todo ello, además de cuidar la alimentación, también debemos cuidar las emociones y pensamientos cristalizados en nuestros órganos. Y en particular en las suprarrenales, ya que es el tema de hoy.


¿Cómo hacerlo?


Podemos entrar en un estado de relajación y visualizarlas, llenándolas de color violeta, por ejemplo, para transmutar y liberar la información acumulada en ellas. Sea de esta vida o de otras.


Podemos escuchar música relajante que nos de paz y serenidad y así ir abriendo nuestro "terreno interior" a recibir las frecuencias preciosas que la vida nos ofrece y a nuestra alma. Además de crear un espacio interior donde nos sintamos seguras y protegidas.


Y también os sugiero de hacer, de vez en cuando, alguna sanación conmigo para trabajar más profundamente con vosotras mismas, alinearos con el alma y con la Tierra, y conectar más fácilmente con el corazón y vuestro potencial. Ya que el trabajo de sanación es profundo y nos ayuda, y mucho, a conocer, transmutar y liberar emociones, pensamientos, arquetipos, creencias que hay en nuestro interior, además de conectar mejor con las memorias de nuestra alma y nuestra Esencia de Luz: ¿Quien Soy? ¿Por qué estoy aquí en estos momentos? ¿Cuál es mi propósito de vida? ¿Por qué tengo estas relaciones y no otras? ¿Qué aprendizajes me ofrecen para sanarlas?

¡Y más!


¡Nos sorprendería saber toda la información que se puede almacenar en estas pequeñas glándulas que denominamos suprarrenales!


Y nada maś por hoy, que tengáis un día lleno de Amor y Luz,


No comments:

Post a Comment

Numerology of this new year 2024

Dear Precious Ones, Today let’s play with numbers! It’s about the year 2024 because its numerology is very interesting. Let me to explain to...