Monday, August 31, 2020

Estadio 3, 4 y 5 del virus Epstein-Barr en nuestro cuerpo


 

Buenos días a tod@s!


En este artículo continuo explicando el comportamiento que sigue el virus Epstein-Barr en nuestro cuerpo.

Creo que es importante que se sepa cómo actúa, porque el mundo de los virus aún es un gran desconocido por la medicina convencional que cree que con vacunas se soluciona. Cuando no es así.

Pero ya hay diversas investigaciones alternativas, financiadas con dinero que no proviene de las farmacéuticas, junto a estudios de médicos diversos (funcionales, alternativos...) que nos dan una nueva perspectiva sobre ello.

¡Vamos a verlo!

Estadio 3 del EBV:
Una vez el virus se asienta en el hígado, bazo y/o otros órganos, se queda allí realizando su ciclo de vida de 6 semanas durante el cual se alimenta, reproduce, excreta y muere.
Pero a partir de este momento, si un médico hace un test, solo encontrará anticuerpos debido a una infección pasada, cuando el EBV estaba en la fase de mononucleosis, porque ahora el virus no se encuentra activo en la sangre debido a que ha anidado en algún órgano. Por lo que queda sin detectar. Aunque el virus continua vivo, causando nuevos síntomas y eludiendo los tests porque está bien cobijado en los órganos.
Debido a ello, el cuerpo también piensa que ha ganado la batalla y el sistema inmunológico retorna a su actividad habitual.

Mientras tanto, el EBV parece adormecido e indetectable, y puede estar así por espacio de varios años. Aunque si tenemos una variedad agresiva, puede causar más problemas durante esta fase.
Por ejemplo, puede moverse y excavar más profundamente hacia el interior de los tejidos del hígado o bazo, causando inflamación y que estos órganos se agranden.

Además, el virus crea 3 tipos distintos de toxinas:

a. Toxinas debidas a la materia excretada. Como más cantidad de virus halla, mayor cantidad producirán al ir comiendo, reproduciéndose y excretando. A veces los productos de desecho del virus se identifican como espiroquetas, por la forma que toman. Y se diagnostica a la persona que tiene Lyme, cuando no es cierto.

b. Cuando un virus muere su caparazón es tóxico y envenena el cuerpo. A mayor cantidad, provocará fatiga.
 
c. El veneno que el virus genera a través de estos procesos crea neurotoxinas que disruptan la función de los nervios y confunde el sistema inmunológico. El EBV lo hace justamente para evitar que el sistema inmunológico lo ataque.

Si el EBV es agresivo, entonces:

1. el hígado cada vez es más lento, le cuesta eliminar toxinas del cuerpo.

2. hepatitis C

3. debido a la lentitud y actuación pobre del hígado, los ácidos clorhídricos del estómago disminuyen su calidad, y el tracto intestinal deviene tóxico, además de que alguna comida no es digerida (sobre todo si lleva grasas), pudriéndose en los intestinos, y creando gases, inflamación y/o restreñimiento.

4. se desarrollan sensibilidades a los alimentos. Por ejemplo, cuando el virus come queso, que es uno de sus alimentos favoritos, lo transforma en algo que el cuerpo no reconoce. Y entonces éste. al detectarlo como un cuerpo extraño, activa el sistema inmunológico para hacer frente a la extraña partícula que ha aparecido.

Y así continua el virus, hasta que detecta hormonas del estrés, que indican que nos encontramos en un estado vulnerable. Sea por vivir un trauma emocional más o menos largo, embarazo, menopausia, una situación estresante por algún motivo profesional o personal.
Y entonces es cuando está preparado para activarse de nuevo, mientras continua excretando toxinas, muriendo y creando neurotoxinas con la intención de confundir el sistema inmunológico.

Es en este estadio que a la persona se le puede decir que tiene lupus debido a las reacciones alérgicas del cuerpo por la presencia de toxinas generadas por el EBV, que elevan los marcadores inflamatorios.

Y mientras el cuerpo está en caos, el EBV sale del hígado y del bazo...

Estadio 4:
El siguiente objetivo es la tiroides. Y es este virus el que causa la mayor parte de desórdenes y enfermedades de esta glándula, como Hashimoto, Graves, hipo e hipertiroidismo...
El cuerpo nunca se ataca a sí mismo. Nunca ataca la tiroides, sino a los virus que han anidado allí.
Una vez en la glándula, el virus se esconde profundamente en ella, retorciéndose y girando como una taladradora, mientras mata a células y produce cicatrices en la glándula, creando hipotiroidismo. 
El sistema inmunológico interviene creando inflamación. Pero no puede etiquetar bien el virus debido a que se encuentra por el camino las toxinas excretadas, los caparazones de los virus muertos y las neurotoxinas que lo confunden. Por lo que no puede eliminarlo por completo.
De todas formas, no desesperéis, la tiroides tiene la habilidad de rejuvenecer y sanarse si se le dan los alimentos adecuados.

A vces el cuerpo trata de ganar al virus creando depósitos de calcio, o nódulos, en la tiroides. Pero el calcio no daña al virus, sino que éste lo aprovecha para construir mejor su nido y protegerse del sistema inmunológico. En cambio, este proceder del cuerpo nos puede dañar si no comemos alimentos ricos en calcio porque, con el tiempo, puede llevarnos a osteoporosis.

Mientras tanto, la tiroides se va debilitando, produce menos hormonas tiroideas que, junto a un aumento de los EBV, se puede manifestar en aumento de peso, fatiga, confusión, "niebla" mental, falta de memoria, depresión, pérdida de cabello, insomnio, uñas rompibles, debilidad muscular...

Algunas variedades más agresivas producen efectos mayores como cáncer en la tiroides.

El propósito del EBV es ir a la tiroides para crear confusión y estrés al sistema endocrino. Porque entonces las glándulas suprarrenales crean más adrenalina, que es uno de sus alimentos favoritos, ya que lo hace más fuerte y capaz de conseguir llegar a su destino final: el sistema nervioso central y periférico.

Estadio 5:
Aquí el EBV ya es sufiviente fuerte como para ir al sistema nervioso central y nervios en general. Aprovecha para ir primero a los que están dañados debido a un exceso de estrés y adrenalina, que es corrosiva y se come la mielina, o debido a una herida física. Y el virus lo aprovecha para agarrarse bien a ellos e inflamarlos, mientras se asienta bien en los nervios.

Los síntomas que produce a partir de entonces son variados. Desde palpitaciones si llega a la vávula mitral, a dolores y picores en los nervios y síntomas diversos.
En este estadio no es detectado ni por rayos X ni por escaners. Por lo que los médicos no saben qué sucede y van etiquetando los sintomas en forma de enfermedades crónicas o autoinmunes.

Los resultados pueden ser:
Dolor muscular, dolor en articulaciones, dolor en puntos tiernos, dolor de espalda, picor o entumecimiento de manos y pies, migrañas, fatiga, mareos, problemas de ojos diversos, insomnio, sueño inquieto, sudores nocturnos.

Y se nos puede diagnosticar con:
Fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, artritis reumatoide, tinitus, vértigo...

A pesar de todo ello, podemos sanar si tomamos los pasos adecuados para ello. TAnto a nivel de alimentación como de salud emocional, mental y espiritual. Porque los virus también se alimentan de emociones como miedos y preocupaciones, ya que para cada emoción las suprarrenales responden con un tipo distinto de adrenalina, que hemos visto que es un alimento que gusta mucho a este tipo de virus.
Las variedades más agresivas pueden causar meningitis, leucemia, esclerosis múltiple... Además de suprimir el sistema inmunológico cada vez más, creando picores, eccemas, debilidad en brazos y piernas y dolor agudo en los nervios.

Este virus puede actuar juntamente con bacterias tipo estreptococos, como también con otros virus de la familia del herpes dando matices a los síntomas que os he explicado.

¡Pero recordad!

¡Siempre podemos sanar!
El cuerpo nunca se ataca a sí mismo, por lo que no existen enfermedades autoinmunes. 
Y con una alimentación adecuada, junto a un trabajo interior de sanación, podemos sanar. 
Y en este proceso de sanación iremos recuperando nuestro Ser y descubriendo nuestro potencial inimaginable para expresarlo en el aquí y el ahora.

Porque somos mucho más de lo que pensamos...

Y la vida nos anima a que lo descubramos en la medida que hay nuevos retos a los que mirar a la cara para superarlos.

Las personas que tengáis algún síntoma o que se os ha etiquetado alguna enfermedad de las que se han nombrado, os animo a avanzar hacia delante sin miedo y a sanar.
Si queréis, podéis concertar una visita conmigo, sea in situ o vía Skype, para hacer un trabajo de sanación personalizado adecuado para vosotras.

Como más personas sepamos las causas de las enfermedades, más nos empoderaremos, porque tendremos los conocimientos y herramientas necesarias para sanar.

Qué tengáis un día lleno de Luz y Amor,

Monday, August 24, 2020

Qué es la mononucleosis? Está relacionada con el coronavirus?

 


Me he decidido a escribiros este email porque he leído información que puede llevar a la confusión, ya que, en ella, se mezcla el coronavirus con la mononucleosis como si todo fuera el mismo pack, cuando son dos cosas distintas. Uno es el coronavirus, y el otro es una enfermedad causada por otro tipo de virus: el EBV, de actuación distinta.


Mi intención es colaborar en vuestro empoderamiento en cuanto a la salud. Y más en estos momentos que vivimos donde se dicen muchas cosas y se divaga mucho, pero difícilmente se llega a las raíces de las causas que de verdad generan las enfermedades.

Porque si conocemos las causas, nos será más fácil tomar las riendas de nuestra salud y encaminarnos a recuperarla o mejorarla. 
Ya que, como comento muchas veces, vivimos tiempos tóxicos. No solo a nivel físico, que ya de por sí debilitan el cuerpo, sino a todos los niveles: emocional, mental y espiritual. Hay mucha manipulación de la información. Porque ésta se tergiversa y se adapta a los intereses personales de unos cuantos, y/o de lobbies financieros donde incluyo las farmacéuticas. Cuyo afán es tan solo mantener y aumentar sus beneficios , ya de por sí de billones de dólares anuales, a costa de nuestra salud porque este es su gran negocio. Y para ello, deben mantener nuestros cuerpos débiles y propensos a contraer enfermedades, para que después ellos puedan salir como los salvadores de nuestras vidas ofreciendo soluciones  que tan solo son paliativos porque van a suprimir efectos o disminuirlos, mientras atacan otras partes del cuerpo (hígado, principalmente). Pero en ningún momento se plantean ver y tratar el cuerpo como una entidad holística y completa por sí misma, desafiando así todas las investigaciones científicas realizadas hasta ahora de la física cuántica. Que nos dicen que toda partícula, y por tanto, toda célula de nuestro cuerpo, además de ser materia también es energía. Con todo lo que esto significa.

Esta negación holística es una forma de mantenernos atrapadas en una visión completamente material de nuestro Ser... y así vernos tan solo como un puñado de materia distribuida de una cierta forma, víctimas de ella e incapaces de hacer nada para recuperar nuestro bienestar.

Pero la salud física va mucho más allá de la materia. Porque incluye las emociones que sentimos y expresamos o bloqueamos; los pensamientos, creencias e ideas que albergamos sobre nosotras, los demás y la vida en general; y la espiritualidad. Ya que somos almas caminando por la Tierra para expresar nuestro propósito de vida. Porque somos preciosas energías con un gran potencial  a desarrollar y expresar si nos atrevemos a mirarnos tal y como realmente somos... Hermosas expresiones de vida que nos desplegamos alrededor, mientras toda la naturaleza y el cosmos entero nos refleja lo que verdaderamente somos... ellos son nosotras y nosotras somos esta naturaleza que nos rodea y estos cielos que se muestran cada noche cuando levantamos la mirada hacia arriba.

Por todo ello, hoy me gustaría explicaros un poco qué es la mononucleosis...

La mononucleosis es debida al virus Epstein-Barr, descubierto en los años 50 por estos investigadores de los cuales lleva su nombre.
Tiene unas 60 variedades distintas prque ha ido mutando a lo largo de los años, y con mayor rapidez en los últimos 10 años debido a un aumento importante de las toxinas ambientales, ingesta de medicamentos y del tipo de alimentación que llevamos, en general, basada en los lácteos, huevos y gluten. Porque, ya hace muchos años, hacia los años 60, fue alimentado en los laboratorios con proteínas de la leche y de los huevos, además del gluten, para experimentar con él. Y desde entonces, el virus se alimenta principalmente de este tipo de alimentos.

Este virus pasa por diferentes estadios:

El estadio 1 es el periodo inicial en el que está adormecido, flotando en el torrente sanguíneo mientras se va replicando a sí mismo. Es cuando es más vulnerable, pero no detectamos su presencia.
Si estamos muy fatigados durante semanas y no nos damos la oportunidad de recuperarnos el cuerpo se va vaciando de nutrientes esenciales como el zinc y la vitamina B12.
O si vivimos una experiencia traumática (divorcio, muerte de un ser querido...) generamos un gran torrente de hormonas del estrés que son detectadas por el virus.
Además, el EBV también actúa bajo cambios hormonales importantes: pubertad, embarazo, postparto y menopausia. Que es cuando hay una gran cantidad de hormonas en la sangre, alimentándose de ellas y haciéndose fuerte.

A pesar de ello, puede continuar latente durante semanas, meses o años, a menos de que se active debido a alguna de las causas anteriores. Y entonces empiece su tarea... 

Entonces entramos en el estadio 2, que es cuando su presencia se nota porque tenemos mononucleosis.
En este estadio es cuando el virus es maś contagioso, por lo que es importante evitar el intercambiar saliva, fluidos corporales, sangre. 
Es cuando nuestro sistema inmunológico comienza su batalla contra el virus enviando células identificadoras para etiquetarlos, colocándoles una hormona específica que los identifica, para después otro tipo de células blancas, las "soldado", los reconozcan y los maten.

Cada persona es distinta. Y puede tener muchas batallas simultáneas en su cuerpo o pocas.
Se puede tener mononucleosis durante días o semanas con dolor de cuello y cansancio. O tener dolor de cuello, fatiga, fiebre, dolor de cabeza y erupciones cutáneas durante meses.

Es en este estadio que el virus busca una "casa" permanente en algún órgano principal, normalmente el hígado o el bazo, porque tienen mercurio, dioxinas y demás toxinas con las que se pueden alimentar bien los virus.
Además, el tipo de bacteria denominada estreptococo es su mejor amiga y aliada, y contribuye a confundir el sistema inmunológico con los síntomas que ella produce, más allá de los debidos a los virus. Se le denomina cofactor.

En esta segunda etapa el estreptococo viaja al cuello, infesta los senos nasales, la nariz, la boca y/o viaja hacia el tracto urinario, vagina, riñones o bufeta de la orina causando cistitis.

Una vez el virus encuentra su casa ideal, se queda en ella...

A partir de aquí, podemos entrar en el estadio 3, 4 y 5. 
Pero esto será otro email, si os interesa el tema.

Y esto es todo por hoy!

Qué tengáis un día lleno de Luz y Amor,

Nuestra salud: las glándulas suprarrenales

 


Cuando pensamos en salud, lo primero que nos viene a la cabeza es nuestro cuerpo físico: ¿estamos sanas?

¿nos sentimos cansadas o fatigadas?

¿nos cuesta dormir, digerir la comida?

¿o puede que tengamos dolor en algunos músculos o huesos?


Igual no nos planteamos mucho estas preguntas mientras seamos capaces de continuar con nuestro ritmo de vida diario. Aunque el coronavirus ha puesto sobre la mesa una problemática de fondo que nuestros ojos no ven pero que sí percibe y responde nuestro cuerpo. Y son estos seres tan diminutos que son los virus.

Unos seres que se encuentran en todas partes y de formas distintas, afectando de diferente manera a los órganos de nuestro cuerpo. Unos afectan más a los pulmones y aparato respiratorio, como el coronavirus, otros al aparato reproductor, o al hígado o al sistema nervioso. Y dentro de ellos, hay de diversas clases y tipos. Porque hay muchas variedades de una misma clase de virus.

Así, por ejemplo, el Epstein-Barr tiene alrededor de 60 mutaciones distintas, cada una afectando de distinta manera y en grado distinto a nuestro cuerpo.

Y del virus del herpes hay, al menos conocidos, unas 15 variedades distintas.


¿Pero qué hace que unas personas nos afecten más y a otras menos?

¿Qué hace que unas personas tengamos un sistema inmunológico más débil mientras que otras lo tienen más fuerte?


Un aspecto a tener muy en cuenta es el estrés.


Puede que desde pequeñas hayamos vivido en ambientes muy estresantes, con peleas, gritos y malos tratos.

O puede que haya sido más adelante en el colegio por los compañeros de clase y/o alguna maestra que nos creaba ansiedad.

O puede que sea más tarde por circunstancias económicas, de trabajo o personales

El caso es que en estos momentos vivimos momentos de gran estrés a nivel social.

Y éste afecta mucho a las glándulas suprarrenales.

Las glándulas suprarrenales son unas pequeñas glándulas situadas encima de los riñones. Y su papel con el estrés es básico, ya que nos ayudan a hacerle frente generando adrenalina y cortisol.

Están bien preparadas y diseñadas para reaccionar ante un estrés que dure un espacio corto de tiempo: minutos, o como mucho, unas horas. Pero no dias, y mucho menos años como estamos viviendo en estos momentos.

Esto tiene efectos trascendentes en ellas, y en nuestra salud emocional y mental. Porque generan una respuesta errática: pueden generar mucha adrenalina o muy poca; pueden generar mucho cortisol o muy poco, dependiendo de cada persona. Y esto tiene consecuencias nefastas para nuestra salud.

Mucha adrenalina acaba vaciando nuestro cerebro de neurotransmisores importantes, haciendo que nos sintamos deprimidas.

Un exceso de cortisol crea una gran carga en el hígado y en el sistema nervioso central, mientras que un defecto afecta al funcionamiento de la tiroides.

Además del papel de estas glándulas en apoyar el sistema reproductor, generando estrógenos, progesterona y testosterona; y apoyando el páncreas en la producción de la insulina.

Los síntomas de que están fatigadas pueden ser:

Debilidad, falta de energía, problemas para concentrarnos, que sea fácil que nos sintamos confundidas, olvidadizas, mala digestión, depresión, insomnio, visión borrosa sobre todo al levantarnos por la mañana, tener sed pero nada nos la apaga y tenemos tendencia a tener la boca seca, estar cansadas por la noche pero nos es difícil conciliar el sueño...


Pero hay más...

Porque unas suprarrenales en tensión continua acaban encogiéndose y "secándose". Y esto  afecta tanto a los riñones, que van acumulando miedos, temores y ansiedad en sus células, encogiéndose o paralizando sus funciones físicas (y nos puede dar la tendencia a quedarnos paralizadas ante una situación que no sabemos hacer frente). Como también el páncreas se va tensionando, dificultando su papel en la generación de insulina, y a un nivel más profundo, al irse cerrando y tensándose, deja de ayudarnos a abrirnos y aceptar la vida... dejamos de tener ganas de vivir y podemos entrar en una melancolía profunda o depresión, con pensamientos de muerte.

Un terreno físico tensionado y sobrecogido por los miedos, los temores y la ansiedad que son las causas del estrés, es un cuerpo físico que teme a la vida, al mundo exterior. Y que se siente débil, pequeño e incapaz de hacerle frente. 

Entonces nuestro sistema inmunológico se debilita. Porque éste es mucho maś que un puñado de células blancas. Y somos presa fácil de los virus, bacterias y/o hongos.

Si a todo esto le sumamos que vivimos en un medio tóxico, repleto de metales pesados por doquier y toxinas diversas (en el aire, el agua y los alimentos), ya tenemos los abonos necesarios para contraer enfermedades víricas y/o autoinmunes o crónicas.


Por todo ello, ¿qué podemos hacer?


Por un lado, cuidarnos físicamente, como ya comento de vez en cuando en este blog.


Pero también es muy importante saber que nuestro cuerpo es una expresión preciosa de energías multidimensionales. Es decir, somos materia y somos emociones, pensamientos y espiritualidad... Somos un alma maravillosa en un cuerpo físico diseñado para ser su Templo y así realizar nuestra tarea y propósito de vida que va más allá de la profesión que realicemos.

Por todo ello, además de cuidar la alimentación, también debemos cuidar las emociones y pensamientos cristalizados en nuestros órganos. Y en particular en las suprarrenales, ya que es el tema de hoy.


¿Cómo hacerlo?


Podemos entrar en un estado de relajación y visualizarlas, llenándolas de color violeta, por ejemplo, para transmutar y liberar la información acumulada en ellas. Sea de esta vida o de otras.


Podemos escuchar música relajante que nos de paz y serenidad y así ir abriendo nuestro "terreno interior" a recibir las frecuencias preciosas que la vida nos ofrece y a nuestra alma. Además de crear un espacio interior donde nos sintamos seguras y protegidas.


Y también os sugiero de hacer, de vez en cuando, alguna sanación conmigo para trabajar más profundamente con vosotras mismas, alinearos con el alma y con la Tierra, y conectar más fácilmente con el corazón y vuestro potencial. Ya que el trabajo de sanación es profundo y nos ayuda, y mucho, a conocer, transmutar y liberar emociones, pensamientos, arquetipos, creencias que hay en nuestro interior, además de conectar mejor con las memorias de nuestra alma y nuestra Esencia de Luz: ¿Quien Soy? ¿Por qué estoy aquí en estos momentos? ¿Cuál es mi propósito de vida? ¿Por qué tengo estas relaciones y no otras? ¿Qué aprendizajes me ofrecen para sanarlas?

¡Y más!


¡Nos sorprendería saber toda la información que se puede almacenar en estas pequeñas glándulas que denominamos suprarrenales!


Y nada maś por hoy, que tengáis un día lleno de Amor y Luz,


Numerology of this new year 2024

Dear Precious Ones, Today let’s play with numbers! It’s about the year 2024 because its numerology is very interesting. Let me to explain to...