Tuesday, December 26, 2017

Zodíaco, Elemento Aire y Energías lunares


El solsticio de invierno del 2017 ha abierto una Puerta que nos da acceso al Mundo del Elemento Aire... a su Poder, como también a su Conciencia y su Energía. El Mundo del Aire se denomina el Mundo del Yetzirah en la Kabbalah hebrea. Y también está regido por el Árbol de la Vida y sus 10 sephirah.

A este nivel actúan las 10 cartas del tarot de las espadas y las 4 cartas de los caballos (o príncipes, según el tipo de mazo que se tenga). Dando a entender que, aunque es el mundo del Aire, en su interior palpitan incesantemente, cual un hermoso potencial, los demás elementos: el Fuego, el Agua y la Tierra. Que corresponden a la Voluntad Divina; los Sentimientos, Intuición y Creatividad Cósmica; y la Tierra. Elemento este último que, cual un magnífico campo labrado y fertilizado, está preparado para depositar nuestra semilla de luz en él para que germine y de fruto… el fruto de nuestra conciencia donde nuestro Ser puede expresarse y manifestarse en todo su esplendor… De esta forma, los cuatro elementos siempre están en contacto entre sí, interactuando sin cesar entre ellos. Es decir, nuestro cuerpo físico, y con él el mundo físico, está en contacto constante con los demás mundos: el del Aire, el del Agua y el del Fuego. Cada uno con una vibración más elevada que el anterior.

Volviendo a la Puerta del Aire…
Esta hermosa Puerta nos ayuda a ser más conscientes del poder que le damos a la mente, especialmente la racional. Y como ésta gobierna nuestro cuerpo y nuestras vidas, cual un software al cual no prestamos, habitualmente, mucha atención. Dando por hecho que existe, pero que no podemos hacer nada para cambiarlo. O, a lo sumo, pensamos que solo podemos suavizar sus efectos.
Cuando realmente, igual como lo hemos creado, de forma más o menos consciente, individual y colectivamente, también podemos transformarlo y cambiarlo.

Si nos adentramos en esta Puerta, brillante y luminosa, con una hermosa y grandiosa espada grabada en ella, (el As de Espadas), entraremos en un mundo vasto y mágico, donde todo es posible, si queremos usar nuestra conciencia y nuestra voluntad para adquirir el conocimiento que nos aporta sobre nosotros y sobre todos los seres vivos.
Además, este Mundo del Aire potencia los signos del zodíaco asociados al elemento Aire. Es decir, Acuario, Géminis y Libra. Y al mismo tiempo nos abre a un nuevo Gran Ciclo de Vida, a través del cual podemos pasearnos por el zodíaco adquiriendo lo bueno de signo para utilizarlo en beneficio de todos.

Un nuevo gran ciclo que empezó hace 5 años, en el 2012… 5 años regidos por inestabilidad y cambios individuales y colectivos de conciencia. Como indica el numero 5 por sí mismo. Ya que los cambios, sin inestabilidad no serían posibles. Y después de estos años de transición, a mi parecer, es cuando realmente estamos entrando de lleno en un nuevo Gran Ciclo de Vida. en un nuevo periodo. El regido por la Era de Acuario… que es un símbolo de Aire…

¿Y ello que nos indica?
Ahora os explico el resto de la información que me vino canalizada hace unos días…

Si partimos de los signos del Aire, podemos agrupar el zodíaco en grupos de 4 elementos cada uno. Y formaremos tres grupos:

1.     Acuario, Piscis, Aries y Tauro.
2.    Géminis, Cáncer, Leo y Virgo.
3.    Libra, Escorpio, Sagitario y Capricornio.

Cada uno empieza con un signo de Aire y termina con un signo de Tierra. Conteniendo también el Agua y el Fuego.

Así, el grupo 1 nos dice que a partir de ahora se potencia las ganas de estudiar, la sed de conocimiento y el adquirir sabiduría para ofrecerla a la humanidad y a todos los seres vivos. Este es el grupo con mayor predominancia a partir de ahora… la sed de aprendizaje y de Verdad. No como verdad absoluta, ya que ésta no existe como tal. Sino la Verdad proveniente de nuestra Conciencia de Luz y Amor a través de la Sabiduría adquirida, y que emana de la Verdad del Amor.
A medida que vayamos paseándonos por este grupo, esta sed de conocimiento se irá incrementando y anclando en nuestro ser con las características y el potencial propio del signo que tengamos. También se potencia la facilidad para aprender idiomas como sendero para unir la humanidad, en vez de separarla.

El grupo 2 nos dice que, a partir de ahora, se abre una puerta en nuestro interior que nos conducirá, paso a paso, a disminuir la distancia interior entre el yo y el no-yo. En vez de tener dos caras que miran en direcciones opuestas, iremos teniendo una sola cara que vive el Presente Eterno. Este proceso interior se realizará tanto desde el punto de vista de pareja, como en relación a los demás y, principalmente, a nosotros mismos.
Es decir, a partir de ahora las personas que realmente deseen una relación de pareja desde el corazón y aprender a vivir desde el “nosotros” en vez del “yo”, se les abren oportunidades para encontrar una persona adecuada para realizar este proceso de aprendizaje. Y de este modo, encontrar una plenitud y un gozo interior a ofrecer a la humanidad.
De esta manera, se irá adquiriendo un conocimiento y una sabiduría más amplia del alma humana y de que, en realidad, todos somos Uno, salvando, poco a poco, las distancias creadas desde las creencias y la percepción basada en los 5 sentidos. Regidos por este grupo astrológico, la pareja es vivida desde la perspectiva del corazón, donde dos son Uno. Y ese Uno realiza una tarea de servicio a la humanidad y la Tierra.

El grupo 3 nos dice que, a partir de ahora, la Justicia Cósmica, proveniente de la Luz y el Amor, será más fácil que se ancle en los hombres y en la Tierra. Que se ponga en práctica, ajustando a cada cual el lugar que le corresponde en la vida, y aprender de su karma (dar y recibir). De manera que las injusticias que han separado y provocado tantos conflictos, se repararán poco a poco, a medida que nuestras conciencias así lo deseen. La ley del karma es, en realidad, la ley que nos dice que aquello que damos, es lo que recibimos. Porque tal como es adentro es afuera, y tal como es arriba es abajo. Porque en realidad, no existe el yo y el no-yo, sino que todos somos Uno. Y todos los seres que estamos aquí en la Tierra en estos momentos, sea atrapados en un ciclo kármico o no, seamos seres humanos, animales, vegetales o minerales, es porque así lo hemos escogido. Es decir, todos aquellos que estamos aquí es por la Gracia Divina que nos une y nos ha escogido… es decir, por la rendición humilde y grande de nuestro Ser que dijo, y continúa diciendo, sí al Amor Cósmico, energía exquisita que nos une para realizar un aprendizaje común. Porque igual como estamos inmersos en conciencias densas, éstas están a su vez inmersas en conciencias luminosas. Y ni unos ni otros podemos escapar, dejando y apartando a un lado lo que no nos gusta, o intentan aniquilarlo para así dejar de verlo con los ojos. Porque igualmente existirán, solo que no lo veremos físicamente… o si, ya que en su lugar se alzarán otros seres con conciencia parecida.
La ley cósmica de Justicia nos dice que debemos a sentir a los “demás”, a las conciencias distintas a la nuestra, como parte de un Yo-Uno. Porque solo de esta manera nos iremos elevando de vibración y conciencia desde el Amor…

Junto al zodíaco, hay el papel de las energías solares y lunares… es muy importante reconectar con ellas. Es muy importante integrarlas en nuestro interior, porque forman parte de nuestra alma. Y nuestro Ser no estará completo sin el sol y la luna…
Desde el día del solsticio de invierno se crea un hermoso puente, o pasaje, de 15 días a través del cual las energías del solsticio son potentes y se reafirman en sí mismas. Son unos días donde las energías del final de año y el principio del siguiente danzan entre sí… unos días donde muerte y renacimiento bailan de forma exquisita, animándonos a desprendernos de todo aquello que ya no es necesario para nosotros y realizar nuevos propósitos de vida para el nuevo año que empieza. Igual como la naturaleza se desprende de sus últimas hojas, que caen dulcemente a tierra y transformarse en abono para las nuevas cosechas, así es importante que lo hagamos también nosotros. Tanto a nivel físico, desprendiéndonos de aquello viejo o caduco, como a nivel emocional (emociones y sentimientos que podemos canalizar hacia el corazón para liberarnos de cargas innecesarias), y mental (creencias e ideas que son caducas, o que ya que no nos sirven para aprender y evolucionar).

Una prueba de este pasaje, mágico y único, cósmico e interior al mismo tiempo, es que la luna el día 21 de diciembre se encontraba en Acuario, potenciando el elemento Aire del primer grupo astrológico que os comentaba. Y reafirmando y anclando las energías que nos ha traído el solsticio. El 30 de diciembre estará en Géminis, potenciando las energías del segundo grupo astrológico. Y el 6 de enero 2018 se encontrará en Libra, potenciando las energías del tercer grupo astrológico.

A partir de aquí, que cada uno reflexione y realice los rituales más apropiados para su conciencia. Sea desde escribir en un papel lo caduco que quiere desprenderse, y después quemarlo, como signo de desprendimiento. Como también escribir en otro papel lo nuevo, los deseos, intenciones y voluntad de realizar a lo largo del nuevo año. Este papel se puede enterrar en la tierra, para que de germine y de fruto. Sea en un tiesto que tengamos en casa, o en el jardín o la montaña.
Estos rituales sencillos se pueden acompañar de la quema de incienso o de una vela a la que hemos perfumado con algún aceite esencial, (ambos relacionados con el elemento Aire y Fuego), y/o con un bol con agua perfumada (sea hidrolato o agua floral) que representa el elemento Agua. El papel donde escribimos es representante del elemento Tierra, junto con la tierra que utilicemos para enterrar el papel con los nuevos propósitos.
Los aceites esenciales de incienso, pruche, elemí, eucalipto limonado, y katrafay van bien para desprenderse de lo viejo, por ejemplo. Mientras que los aceites esenciales de cedro, pino, abeto, entre otros, van bien para anclar lo nuevo.

Sunday, December 24, 2017

Solsticio de invierno 2017: Puertas





Hoy me gustaría hablaros de las energías que están llegando con el solsticio de invierno. Pero primero hablaré un poco de mí, para seguidamente, entrar en las energías solares y lunares en las que estamos sumergidos desde hace unos pocos días…

Ya que, desde hace unos días he sentido mi cuerpo desconectado de mi alma… una sensación curiosa porque siento mi cuerpo como si fuera “algo” que se encuentra “allí abajo”, en relación a mi mente y cerebro que se encuentran “aquí arriba” (donde también está mi conciencia). Y percibo como ese algo, mi cuerpo, se mueve a través de mi voluntad y mis intenciones. Es decir, si quiero mover una mano, la mano se mueve en la dirección que deseo y realizando aquello que quiero, sea coger una naranja, vestirme o teclear el ordenador, por ejemplo. Y lo mismo puedo decir con el resto del cuerpo. Incluso percibo como es mi voluntad la que mantiene mi corazón latiendo a cada instante. Y si esta voluntad se altera por una emoción fuerte, el ritmo del latido también se altera, restaurándose una vez focalizo mi atención en la emoción y en mi ritmo cardíaco para restaurar el equilibrio y la armonía interiores…

Con esto os quiero decir que soy más consciente del papel de la mente racional e intuitiva en nuestras vidas de cada día. Y, por ende, en los ritmos de nuestras sociedades. Tanto locales como mundiales.

Este solsticio de invierno ha traído consigo muchos regalos. Y uno de ellos es la abertura de puertas en nuestros mundos mentales para que adquiramos más consciencia del papel que hemos otorgado a nuestros pensamientos. Para, a partir de aquí, que decidamos qué queremos hacer con ellos y con esa conciencia adquirida…

Imaginaros una hermosa puerta… alta y radiante, con una gran espada grabada en ella. Una espada colocada en posición vertical, con el mango en la parte inferior y el vértice de su hoja metálica en la parte superior. Esta puerta representa la entrada del Mundo Mental. Un mundo creado por los pensamientos que generamos a cada instante y las creencias a las que otorgamos credibilidad y poder. Un mundo volátil, que fluctúa a cada instante dependiendo de lo que pensamos. Porque los pensamientos son una parte creativa nuestra. Unos pensamientos que, si no tuvieran una base emocional, no podrían sostenerse por sí mismos. Y, cual el viento, se desplazarían sin parar de un lado a otro de nuestro mundo interior, nuestra alma, como también en el mundo ”exterior” a nosotros, creando ráfagas incesantes que nos podrían sacudir y empujar de un lado a otro… como a veces sucede cuando soplan vientos fuertes. E igual que el viento, los pensamientos que configuran este mundo van y vienen, se desplazan incesantemente conectando nuestro mundo interior con el mundo exterior… conectando nuestro ser con el resto de los seres humanos, de los seres vivos y del cosmos entero.
Los pensamientos creados por la mente racional crean un marco referencial donde situarnos en el aquí y el ahora… definen, otorgan nombres y posiciones a las cosas que nos rodean y al resto de los seres vivos que conviven con nosotros. De esta manera nuestro cuerpo puede definirse y desplazarse en un marco espacio-temporal que crea un increíble escenario donde realizar una tarea y un propósito de vida.
Si no pudiéramos definir “mesa”, “casa”, “árbol”, coche”, “tiempo”, por ejemplo, no podríamos definirnos a nosotros mismos. Y, por tanto, no podríamos crearnos una identidad con la cual establecer un mínimo sentido de individualidad… el “yo” (pequeñito).
El problema radica cuando damos demasiada importancia a ciertos pensamientos y los cristalizamos en nuestro cuerpo… es como si cristalizáramos el aire en nuestras células.
Entonces… ¿nuestro cuerpo es, en realidad, aire? La física cuántica nos dice que la distancia entre las partículas subatómicas es enorme, siendo el espacio entre ellas energía en movimiento. E incluso las mismas partículas atómicas, son energía antes que masa concentrada en un espacio. Por lo que pueden comportarse como ondas (o luz) y como corpúsculos, dependiendo del experimento que se haga. Si éstas fueran macroscópicas, seríamos enormes gigantes ante nuestros ojos de ahora.

Pero volviendo a los pensamientos…
Estos son volátiles. Y como su naturaleza misma, igual que el aire, no pueden agarrar nada… no pueden agarrar los sentimientos, ni la creatividad, ni el alma humana. Y mucho menos sociedades enteras. Por mucho que se intente y por mucha fuerza que se les dé a dichos pensamientos, que una vez transformados en creencias “absolutas”, rigen una buena parte de la humanidad. Y a pesar de ello, son efímeros, como su propia naturaleza. Porque están regidos por las leyes del Cosmos, inmutables y eternas. Incluso aunque sean tan fuertes que creen prisiones invisibles a nuestros ojos, donde nuestras almas están metidas, limitando nuestros movimientos, nuestra creatividad y nuestra tarea. Incluso así, son transitorios, como las civilizaciones que los han creado.

Así, los pensamientos creados día tras día, año tras año, siglo tras siglo, pueden acabar configurando sociedades enteras, creando fronteras y modos de vida… modos de vida que, en realidad, son producto final de pensamientos. Y, por tanto, en última instancia, son producto del aire… por lo que nuestro mundo, tal y como lo vivimos actualmente, es un mundo de “aire”. Es una idea que creemos real y a través de la cual nos movemos. Y no solo nos movemos por esa idea, sino que la reafirmamos a cada instante con nuestras emociones limitadoras (¡fijaros que poder tenemos los seres humanos!). Sean éstas rabia, culpa, vergüenza, celos o baja autoestima. E incluso, si conseguimos aumentar nuestra autoestima y llegar a un nivel de estabilidad emocional que nos encamina a disolver la prisión invisible donde vivimos, los pensamientos sociales hacen mella en nosotros, acribillando nuestro cerebro constantemente con mensajes limitadores del tipo “no puedes”, “es imposible", que nos generan frustración, impotencia y desestabilizan el mundo interior que habíamos conseguido alcanzar. Y si no somos conscientes de ello, se crea una situación que nos hace aflorar dichos sentimientos. Pero en realidad, estos sentimientos ya estaban en nuestro interior antes de que sucediera dicha situación.

Podemos asegurar que la situación vivida, en sí, sea provocada por una persona, varias, por instituciones o cosas (por ejemplo, el tropezar con la pata de una silla), no es la causa de nuestra impotencia y frustración. Porque estas ya estaban dentro. Sino que la situación es el desencadenante de que aflore aquello que había en nuestro interior para que podamos reconocerlo y transmutarlo. No para que nos re-creemos en ello, alimentándolo. Sino para reconocerlo. Y esta actitud de reconocimiento implica voluntad, que es Fuego. E intención, que es Aire. Para a continuación, canalizar la energía surgida de nuestro interior hacia el corazón y transformarla en energía útil para amar, comprender y ser compasivos. De esta forma se transforma en Agua, que podemos utilizar para aumentar nuestra autoestima, dar fuerza a nuestra voluntad interior, (o Fuego), y materializar en forma de idea creativa del tipo que sea mejor para nosotros (aspecto Tierra).

Este solsticio de invierno nos abre la puerta de la Espada para que nos adentremos gozosamente en el mundo de los pensamientos y lo exploremos. Para que, entrando en este mundo mental, tomemos conciencia de nuestro poder interior… el de mantener el mundo donde vivimos igual, manteniéndonos, por tanto, viviendo una ilusión transitoria (aunque pueda durar unos años más). O el de cambiarlo, día a día, sintiendo que los pensamientos son efímeros, son volátiles, son ráfagas de aire que van y vienen. Como también que son una forma de creatividad que, junto a nuestra voluntad y nuestra autoestima, podemos anclar en el aquí y el ahora.

Con ello, me gustaría transmitiros que la mente racional no es mala o negativa de por sí, ni mucho menos. Solo el uso que le damos… si la utilizamos para generar pensamientos que “empujan” a la humanidad (como ondas tiernas y amorosas de viento) hacia una elevación de conciencia porque transmiten el deseo de paz, bienestar, abundancia y salud. O si, por el contrario, emitimos pensamientos solo centrados en nuestra valía personal, (como ráfagas más o menos huracanadas), donde nuestro ego es el centro, y entonces co-creamos la sensación de separación entre nosotros y todo lo demás, alimentando con ello, los conflictos, las enfermedades y la miseria (tanto emocional como física).

Queridos, este solsticio nos pide abrir más y más conciencia…
Nos pide abrirnos a la Vida y ser co-creadores de los mundos que queremos vivir…
Porque estos mundos son físicos y no físicos, sin velos que los separen. Y, por tanto, una vez nuestra alma se desprenda del cuerpo que tenemos ahora, continuaremos viviendo en ellos… Lejos de poder escapar de dichas realidades que nos rodean y de las que formamos parte físicamente, estas realidades forman parte de nosotros, porque se encuentran en nuestro interior… y es esta la razón por la que las proyectamos en el exterior, a través de las sociedades donde vivimos.

Estamos viviendo momentos increíbles de retorno de las conciencias, finalizando un gran ciclo de vida y comenzando uno nuevo que nos pide abrir los ojos y despertar nuestro corazón… nos pide humildad y abertura de mente y corazón para ofrecer nuestros dones para servir la Tierra y la humanidad. Y, al hacerlo, ser colmados de gozo y felicidad.
¿Queremos aprovecharlo?
La respuesta está en nuestro interior…


Numerology of this new year 2024

Dear Precious Ones, Today let’s play with numbers! It’s about the year 2024 because its numerology is very interesting. Let me to explain to...