Sunday, December 1, 2019

Suprarrenales, qué son, qué es la fatiga suprarrenal?



SUPRARRENALES:

La emoción del miedo juega un papel muy importante en nuestras vidas.
En realidad, nuestra sociedad vive desde un estado de miedo permanente que nos llega a través de todos los canales, sean mediáticos, políticos o económicos, sea a través de estereotipos sobre nuestra salud y nuestro cuerpo, o sobre lo que debemos consumir y lo que no. El miedo no solo afecta nuestro estado emocional, haciéndonos más vulnerables y susceptibles, más manipulables, sino que también tiene grandes consecuencias en nuestro cuerpo físico.

Nuestro cuerpo es un precioso ser vivo, está vivo y forma parte de nosotras. Está a nuestro lado y nos quiere incondicionalmente. Por eso nos protege tanto como puede de toda la polución ambiental, sea física, emocional o mental. Porque el cuerpo no tiene tan solo una dimensión física, o material, sino también emocional y mental. Y nos protege y nos cuida hasta que empieza a manifestar síntomas, que se van transformando en disfunciones, que se van transformando, sin apenas darnos cuenta, en enfermedades denominadas autoinmunes o crónicas.

¿Y por qué sucede?

Una de las razones es porque no le prestamos atención…
Puede que nos maquillemos, que escojamos qué tipo de ropa queremos ponernos y cual no, qué tipo de calzados usamos… pero ello muchas veces es más debido a los condicionantes sociales sobre cómo debemos mostrarnos a los demás que a al hecho de amar nuestro cuerpo. Aunque también juegan nuestros gustos personales en todo ello.
Pero cuando llega el momento de encontrarnos cansadas, por ejemplo, pasamos por alto nuestra necesidad de descansar y continuamos adelante con nuestros quehaceres, anteponiéndolos. Y esta actitud se va sucediendo un día tras otro… y siempre anteponemos a los demás o nuestro trabajo, sin escuchar las necesidades de nuestro cuerpo… hasta que un día algo no funciona… vamos al médico y nos diagnostican una enfermedad crónica….

¿Qué nos hemos perdido por el camino?

Hoy hablare sobre sobre el papel de las glándulas suprarrenales en nuestra salud porque considero que en este mundo de “locos” en el que estamos bombardeadas de información, no siempre encontramos la más adecuada para entender nuestro cuerpo, darle la atención que nos pide y empezar un camino de regreso al corazón, a través del cuerpo… empezar a amarlo tal y como es… empezar a aceptarlo tal y como es, a abrazarlo por lo que es, y acercarnos a sentir y responder su amor incondicional hacia nosotras…
Y más allá de ello, porque he vivido desde hace muchos años lo que significa tenerlas agotadas, exhaustas. Y aún ahora me estoy recuperando de ello. Ellas nos pueden condicionar en nuestra calidad de vida y en nuestras actividades diarias. Nos pueden limitar, y mucho, cuando nos les prestamos la suficiente atención y dejamos pasar el tiempo pensando que la fatiga es pasajera, o el insomnio, o… que ya nos recuperaremos, que el cuerpo todo lo aguanta. Hasta que llega un día que no aguantamos, que levantarnos de la cama es un gran esfuerzo, y realizar cualquier tarea cotidiana parece escalar una montaña (y sé lo que significa! por lo que puedo compararlo). Y nos vamos arrastrando porque es lo que hemos de hacer, porque siempre hay tareas por realizar, porque “hemos de hacer…” Y el cuerpo se va deteriorando y deteriorando hasta que pide auxilio desesperadamente. Igual entonces lo escuchamos…

Entonces, ¿qué son las suprarrenales?

Las glándulas suprarrenales se encuentran situadas justo encima de los riñones. Segregan diversas hormonas, como la adrenalina y el cortisol. Pero también son responsables, en buena parte, de la generación de estrógenos y testosterona (por lo que pueden estar involucradas en casos de infertilidad tanto femenina como masculina), como también de la buena metabolización de las T3 y T4.
Ellas son en gran parte responsables de nuestro nivel de energía y fatiga, y de nuestra capacidad de soportar el frío o ser muy sensibles a él. Las suprarrenales participan en casi todos los quehaceres diarios de nuestras vidas, estimulando el cuerpo para que podamos realizarlos, sea desde caminar con brío hacia el trabajo, mover los intestinos, nadar en el agua, mantenernos despiertos y activos mientras conducimos, estamos delante del ordenador o estudiamos, mientras cocinamos o vamos a buscar a los hijos al colegio. Y solo por la noche, cuando nos damos un respiro, si es que nos lo damos, ellas respiran, se relajan, y dejan paso a la generación de nuevas hormonas, como la melatonina, para que podamos parar nuestro ritmo y dormir un merecido sueño reparador. Y aún así, ellas no duermen. Sino que mientras soñamos, también generan un tipo de adrenalina para ayudarnos a reparar el cuerpo y que nos levantemos sanos y recuperados para empezar una nueva jornada.
Pero también son importantes para ayudarnos a materializar nuestra creatividad en forma de prosperidad (especialmente si trabajamos por nuestra cuenta). Cuando tenemos fatiga suprarrenal, y sobre todo si es severa, nos será difícil materializar nuestra prosperidad. Además de que nos será más fácil perder oportunidades en la vida. sea porque no somos capaces de cogerlas con firmeza, sea porque éstas “resbalan” de nuestro campo energético, ya que estamos demasiado débiles para que entren a formar parte de nosotras.
Y también están involucradas con la cantidad de energía que utilizamos para llevar a cabo nuestras ilusiones y deseos. Si están fatigadas, tendremos poca energía para realizar nuestras ilusiones, y la vida pasará por delante nuestro mientras somos espectadoras, incapaces de participar activamente en ella.
Porque las  suprarrenales están regidas por el tercer chakra y por el primero. Están relacionadas con nuestro poder y fuerza interior, con nuestra valía y la capacidad por hacerla valer ante las distintas situaciones de la vida. Si están débiles, tendremos debilidad, nos tomaremos todo muy a pecho y nos lo haremos nuestro aunque no tenga nada que ver con nosotras. Si están exhaustas nos sentiremos pequeñas ante la vida, incapaces de cambiarla, estaremos atrapadas al arquetipo víctima/verdugo, y puede que también al de salvadora. En nuestro interior habrá un "no puedo, no soy capaz" muy profundo y bien cristalizado en nuestras células y en nuestra mente. Y nos será dificil caminar con los pies bien puestos en la Tierra. Puede, incluso, que tengamos raíces en el cielo... mirando hacia arriba y deseando estar en otro lugar en vez de este (aunque cada una lo experimenta a su manera, en distintos grados de intensidad, y abanico de sensaciones y percepciones).

Las suprarrenales emiten 56 tipos distintos de hormonas, 20 de las cuales se liberan en situaciones excepcionales de nuestras vidas como el dar a luz o cuando estamos de luto y sentimos la pérdida de una persona querida. Mientras que las 36 restantes son tipos distintos de adrenalina que se liberan bajo un estado de estrés y miedo, o cuando sentimos alegría, gozo, ilusión, cuando reímos, cuando nos sentimos culpables, vergonzosas, intimidadas… ya que cada emoción estimula un tipo distinto de adrenalina. Así, igual como hay adrenalinas beneficiosas asociadas a emociones positivas, también existen adrenalinas destructivas: las asociadas a los miedos, culpas, vergüenza, ansiedad…

El síntoma más habitual que nos indica que las suprarrenales necesitan atención es la Fatiga Suprarrenal.
Que puede manifestarse en forma de debilidad, falta de energía, problemas para concentrarnos, estar confusas fácilmente, olvidadizas, tenemos problemas para completar tareas que antes eran fáciles de realizar, tenemos a veces una voz ronca, digestión pobre, restreñimiento, depresión, insomnio, no sentirse descansada después de dormir y con la necesidad de hacer laguna siesta durante el día.

La fatiga adrenal es un grito de auxilio de nuestro cuerpo, pero también de nuestra alma… que nos reclaman descansar, darnos tiempo para nosotras, reconstruirnos y reconstruir nuestra vida. Nos dicen que es momento de parar y poco a poco, día a día, ir conectando de nuevo el cuerpo con nuestra alma y nuestro espíritu… irnos reconectando con la vida y volver a la vida.

Como la adrenalina juega un papel importante en los sueños, cuando tenemos las suprarrenales fatigadas, no pueden liberar la adrenalina necesaria mientras dormimos, generando insomnio, que no podamos dormir, o que estemos tan cansadas que apenas podamos levantarnos de la cama.

Y esta fatiga se va manifestando, paulatinamente, en otros órganos y glándulas. Como el páncreas que se inflama o alarga por un exceso de trabajo para compensar la falta de actividad adrenal. También el corazón puede trabajar más para ayudar a regular los niveles anormales de cortisol y azúcar en la sangre… que con el tiempo puede ocasionar fatiga del músculo cardíaco (acompañada de una fatiga e incapacidad para procesar emociones, afectándonos todo mucho más).
Una subida súbita de cortisol, debido a una situación de estrés, puede comerse las reservas de glicógeno y hierro en el hígado, forzándolo a trabajar más para crearlas de nuevo, si la alimentación adecuada lo acompaña. Y nuestro sistema nervioso y el cerebro pueden quedar fuera de lugar, actuando de forma inusual (la adrenalina debida a los miedos y estrés se va comiendo la mielina que envuelve los axones de las neuronas).

Muy poco cortisol debido a una fatiga de las suprarrenales puede causar problemas, ya que juega un papel importante en la conversión de la hormona T4 almacenada para ser transformada en T3, y permitir que la T3 entre en las células y las recargue. Una falta de cortisol provoca que las células estén faltas de esta hormona tiroidea. Y entonces podemos experimentar síntomas de hipotiroidismo, aunque la tiroides esté bien, como ganar peso, depresión, pérdida de cabello, uñas quebradizas, piel áspera o muy fina, tener frío, fluctuaciones de azúcares en la sangre. Aunque también se pueden tener estos síntomas cuando la tiroides no funciona bien y sí funcionan bien las suprarrenales. También se puede tener fatiga neurológica (cuesta concentrarse y estudiar) debido a una inflamación del sistema nervioso central que alberga virus del tipo EBV y HHV.

Los síntomas más claros de que nos indican que tenemos fatiga adrenal son:
1.      Caemos fatigados a principio del día, o a lo largo de él, necesitando pausas para descansar.
2.      Sentirnos cansadas todo el día y en cambio sentirnos más energéticas al regresar a casa, al relajarnos. Debido a que es entonces cuando las adrenales liberan las pocas hormonas que tenían de reserva, y que han ahorrado durante todo el día.
3.      Estar muy exhaustas por la noche pero con dificultad para dormir. Porque la fase REM necesita hormonas que las suprarrenales ya no tienen, no pueden generar.
4.      Experimentamos sudor continuo en las axilas cuando realizamos cualquier actividad. Debido a que nuestro sistema endocrino está trabajando todo el tiempo para compensar la fata de adrenalina adecuada.
5.      Se tiene sed continuamente, y no se apaga aunque bebamos. O se tiene la boca seca, o hay necesidad de tomar sal para intentar compensar la falta de electrolitos destruidos en el sistema nervioso y en la sangre debido a subidas súbitas de cortisol. Ya que necesitamos reemplazarlos. Y para ello, es importante que tomar algo que equilibre el sodio, el potasio y la glucosa, como el agua de coco, zumo de manzana acabada de exprimir, zumo de apio, zumo de apio y mañana, zumo de apio y pepino.
6.      Visión borrosa o dificultad para enfocar la vista debido a un exceso de cortisol que deshidrata la zona ocular, afectando a uno o varios lugares sensibles de los ojos. Ello requiere de una gran hidratación. También puede ir acompañado de círculos oscuros bajo, o alrededor, los ojos o tener los ojos hundidos.
7.      Deseo continuo de estimulantes como café cargado, té, sodas, galletas, donuts… como sustitutivo de las suprarrenales. Aunque crean una estimulación súbita de las suprarrenales, que va acompañada de un bajón, creando un círculo vicioso que empeora el funcionamiento de las suprarrenales con el paso del tiempo.


Entonces, ¿qué hacer?

                                


1.      Es muy importante liberar cualquier forma de estrés que estemos viviendo, aprender a vivir de una forma más objetiva, sabiendo que no somos las situaciones que vivimos, sino que éstas nos acompañan para descubrir aspectos de nosotros a reconocer y sanar, mientras lo hacemos desde el corazón… meditar, pasear tranquilamente por el bosque o un parque, estar en silencio un rato, calmar la mente y crear un campo electromagnético coherente entre mente y corazón, mindfulness, tai-chi, qi-gong, yoga, son técnicas muy adecuadas para ayudarnos.
2.  Visualizar la Flor de la Vida en cada una de las suprarrenales, como forma de meditación, para ayudarlas a recuperarse más rápida y equilibradamente.
3.      Evitar vivir bajo el miedo, la angustia, la intimidación, la culpa de forma prolongada. Aprender a gestionar las emociones, a desinvolucrarnos de ellas y a situarnos en el corazón para irnos identificando con el Amor y la Luz que realmente somos. Ya sé que es muy fácil decirlo y más difícil ponerlo en práctica, pero cada día un poco… y al cabo de un tiempo nos daremos cuenta del sendero recorrido. Para ello, es conveniente dejar de realizar actividades que las estimulen como el "puenting" y otras actividades de riesgo, subir a montañas rusas y entrar en las casas del terror de los parques de atracciones, o ver películas de terror que nos llenan de angustia y miedos, la conducción temeraria, el querer tener siempre razón en las discusiones con la gente, el esperar al último momento para realizar tareas con vencimiento...
4.      Girar nuestra mirada hacia el cuerpo… empezar a valorarlo y a cuidarlo. Para ello, es importante proporcionarle la alimentación adecuada como:
a.      Comer cada 1 ½h -2h proporcionándole sodio, potasio y glucosa en forma de snacks:                  dátil + 2 ramas de apio + una manzana
                               ½ aguacate + espinacas + naranja
                               Boniato + perejil + col kale con limon
b.      Comer espárragos, plátanos, arándanos silvestres, ajo, brócoli, kale, frambuesas, moras, lechuga romana, manzanas rojas, germinados.
c.       No comer, o minimizar tanto como se pueda las grasas y las proteínas animales o vegetales porque ponen bajo estrés y deforman el hígado y el páncreas, creando resistencia a la insulina.
d.     Tomar: infusión o extracto de raíz de regaliz, espirulina, ester-C, cromo, ginseng siberiano, schisandra, ashwagandha, magnesio, 5-MTHF, cordiceps, rosa mosqueta, hierba de cebada en polvo, astrágalo, melisa (en infusión, hidrolato o extracto sin alcohol), rodiola.
e.  Usar aceites esenciales que ayudan a equilibrar y reforzar las suprarrenales como el AE pino silvestre, AE abeto negro o azul, AE jengibre, AE katrafay, AE ravintsara. Y aplicarlos directamente en forma de masaje sobre las suprarrenales dos veces al día. O difundir, con un difusor, aceites esenciales tranquilizantes y relajantes que nos ayuden a disolver el estrés y la ansiedad que tenemos, como el AE abeto pectinado, AE ravintsara, AE mejorana, AE ylang-ylang, AE lavanda, AE mandarina y/o AE petit-grain. O aplicarnos dos gotitas de uno de estos aceites esenciales en la parte interior de las muñecas, o usar AE de rosa o neroli como relajantes y potenciadores de la autoestima. Además de poner unas gotas de lavanda, neroli o jazmín en la almohada para ayudarnos a relajarnos cuando nos vamos a dormir.

No comments:

Post a Comment

Numerology of this new year 2024

Dear Precious Ones, Today let’s play with numbers! It’s about the year 2024 because its numerology is very interesting. Let me to explain to...