¿Qué significa
sanar?...
Sanar es, ante todo
abrirnos a la Vida con amor y ternura hacia nosotros mismos… es abrazar todo lo
que somos; amarnos mientras realizamos un camino interior de retorno a nuestros
ancestros y a nuestras realidades interiores, mientras vamos recuperando
nuestras personalidades (actos, emociones, pensamientos, intenciones) de vidas
anteriores y nuestras verdades intrínsecas que subyacen en nuestro
inconsciente.
Sanar es darnos permiso para realizar esta exquisita y melodiosa danza de vida y muerte, de aprender y desaprender, de crear y disolver, agarrar y desprendernos, de fluir día a día, sin miedo a perder… porque Todo Lo Que Somos ya se encuentra dentro de nosotros. Porque somos ricos, abundantes y hermosos tal y como somos, ya que tenemos el potencial pleno de crear, transmutar y cambiar nuestra realidad, día a día.
Sanar es sumergirse
en las profundidades de nuestro ser y descubrir su eternidad y su inmortalidad…
nuestra eternidad y nuestra inmortalidad, mientras nos reconocemos, transmutamos
e integramos, recuperamos sabiduría y conocimientos, nuestra historia y los
misterios que subyacen y mantienen la vida.
Es recuperar el hermoso
potencial que reside en el interior del corazón... aprender a amarnos y amar, a
ser humildes, creativos y comprensivos mientras aumentamos nuestra capacidad de
transmutación de las energías interiores y exteriores, reconociendo que éstas
últimas son tan solo un espejo de una realidad interior nuestra.
Los alquimistas decían “nuestro
magisterio es el trabajo de la Naturaleza, no del trabajador”, dando a entender
que todo está hecho y “solo” falta despertar y abrir los ojos a nuestro
alrededor para percibir la realidad que subyace tras las apariencias físicas.
Porque la Naturaleza exquisita, bella y armoniosa, danzarina, siempre
cambiante, naciendo y renaciendo de sí misma con todo su esplendor, es la guía
y la conexión con el infinito. Es la semilla que contiene todo el potencial de
Salud, Armonía, Equilibrio, Abundancia y Conocimiento. Es la expresión viva e
inefable de las fuerzas motoras que rigen y conectan todo el universo,
mensajera de nuestros orígenes cósmicos, nos trae memorias perdidas que podemos
recuperar. Es la manifestación física y energética de todos los fenómenos que
alimentan, entretejen y dan soporte al cosmos. Y por tanto, a todos nosotros.
Pero somos nosotros quienes debemos descubrirlo a través de la experimentación
y las vivencias con los animales, los árboles y las plantas, los ríos y los
mares, las montañas, el cielo, las nubes y el viento. Destruirla es
destruirnos, ignorarla es ignorarnos, maltratarla es maltratarnos… porque ella
es nosotros y cada uno de nosotros somos partes integrantes y vivas de ella.
El propósito de la alquimia era
descubrir los procesos a través de los cuales el espíritu llega a ser materia,
y la materia en espíritu. Siendo esta la base de todo proceso alquímico, o
transmutación, donde la química/cuerpo físico y la filosofía/espiritualidad
estaban relacionadas una con la otra de forma inextricable. Y el Fuego
(kundalini) era el elemento por el cual el ser humano era capaz de cambiar
profundamente la estructura de la materia y acceder a la luz, a la iluminación.
La sanación es recuperar lo sagrado
que hay en nuestro interior y los misterios que nos configuran, es recuperar el
tierno milagro que realmente somos que nos conecta con nosotros mismos y con la
naturaleza. Un milagro precioso que va más allá de todo límite, traspasando
fronteras visibles e invisibles para deslizarse suavemente hacia el Cosmos y
recuperar nuestra Conciencia de Luz y Amor, traerla al aquí y al ahora para
completarnos, y ser Uno. Es abrirnos camino hacia la Tierra y el Cielo para
hacer realidad el verdadero milagro… encarnar nuestro maravilloso espíritu en
la materia, despertar nuestro potencial y crear…
Es poner cosas juntas y encontrar
las raíces de las cosas. Es conciencia porque está conectado con nuestra
Esencia. Es fuerza centrípeta que atrae todas las cosas hacia el interior de
nuestro ser para juntarlas e integrarlas en Uno, de fuera hacia dentro, de
arriba hacia abajo. Y así completarnos.
Sanar es ser valiente y decidido,
para ver lo recóndito escondido en nuestro interior y aceptarlo e integrarlo
desde el corazón. Para percibir las realidades exteriores como parte inherente
de nuestra multidimensionalidad, y ver el mundo con los ojos del corazón
desafiando las leyes físicas tridimensionales.
Y no hay nada dentro que no podamos
cambiar y crear desde el Amor…