El solsticio de invierno del 2017 ha abierto una Puerta que nos da acceso al Mundo del Elemento Aire... a su Poder, como también a su Conciencia y su Energía. El Mundo del Aire se denomina el Mundo del Yetzirah en la Kabbalah hebrea. Y también está regido por el Árbol de la Vida y sus 10 sephirah.
A este nivel actúan las 10 cartas
del tarot de las espadas y las 4 cartas de los caballos (o príncipes, según el
tipo de mazo que se tenga). Dando a entender que, aunque es el mundo del Aire,
en su interior palpitan incesantemente, cual un hermoso potencial, los demás
elementos: el Fuego, el Agua y la Tierra. Que corresponden a la Voluntad
Divina; los Sentimientos, Intuición y Creatividad Cósmica; y la Tierra. Elemento
este último que, cual un magnífico campo labrado y fertilizado, está preparado
para depositar nuestra semilla de luz en él para que germine y de fruto… el
fruto de nuestra conciencia donde nuestro Ser puede expresarse y manifestarse
en todo su esplendor… De esta forma, los cuatro elementos siempre están en
contacto entre sí, interactuando sin cesar entre ellos. Es decir, nuestro
cuerpo físico, y con él el mundo físico, está en contacto constante con los
demás mundos: el del Aire, el del Agua y el del Fuego. Cada uno con una
vibración más elevada que el anterior.
Volviendo a la Puerta del
Aire…
Esta hermosa Puerta nos ayuda
a ser más conscientes del poder que le damos a la mente, especialmente la
racional. Y como ésta gobierna nuestro cuerpo y nuestras vidas, cual un
software al cual no prestamos, habitualmente, mucha atención. Dando por hecho
que existe, pero que no podemos hacer nada para cambiarlo. O, a lo sumo, pensamos
que solo podemos suavizar sus efectos.
Cuando realmente, igual como lo
hemos creado, de forma más o menos consciente, individual y colectivamente,
también podemos transformarlo y cambiarlo.
Si nos adentramos en esta
Puerta, brillante y luminosa, con una hermosa y grandiosa espada grabada en
ella, (el As de Espadas), entraremos en un mundo vasto y mágico, donde todo es
posible, si queremos usar nuestra conciencia y nuestra voluntad para adquirir
el conocimiento que nos aporta sobre nosotros y sobre todos los seres vivos.
Además, este Mundo del Aire potencia
los signos del zodíaco asociados al elemento Aire. Es decir, Acuario, Géminis y
Libra. Y al mismo tiempo nos abre a un nuevo Gran Ciclo de Vida, a través del
cual podemos pasearnos por el zodíaco adquiriendo lo bueno de signo para
utilizarlo en beneficio de todos.
Un nuevo gran ciclo que empezó
hace 5 años, en el 2012… 5 años regidos por inestabilidad y cambios
individuales y colectivos de conciencia. Como indica el numero 5 por sí mismo. Ya
que los cambios, sin inestabilidad no serían posibles. Y después de estos años
de transición, a mi parecer, es cuando realmente estamos entrando de lleno en
un nuevo Gran Ciclo de Vida. en un nuevo periodo. El regido por la Era de Acuario…
que es un símbolo de Aire…
¿Y ello que nos indica?
Ahora os explico el resto de la
información que me vino canalizada hace unos días…
Si partimos de los signos del
Aire, podemos agrupar el zodíaco en grupos de 4 elementos cada uno. Y formaremos
tres grupos:
1.
Acuario, Piscis, Aries y Tauro.
2.
Géminis, Cáncer, Leo y Virgo.
3.
Libra, Escorpio, Sagitario y Capricornio.
Cada uno empieza con un signo
de Aire y termina con un signo de Tierra. Conteniendo también el Agua y el
Fuego.
Así, el grupo 1 nos dice que
a partir de ahora se potencia las ganas de estudiar, la sed de conocimiento y el
adquirir sabiduría para ofrecerla a la humanidad y a todos los seres vivos. Este
es el grupo con mayor predominancia a partir de ahora… la sed de aprendizaje y
de Verdad. No como verdad absoluta, ya que ésta no existe como tal. Sino la
Verdad proveniente de nuestra Conciencia de Luz y Amor a través de la Sabiduría
adquirida, y que emana de la Verdad del Amor.
A medida que vayamos
paseándonos por este grupo, esta sed de conocimiento se irá incrementando y
anclando en nuestro ser con las características y el potencial propio del signo
que tengamos. También se potencia la facilidad para aprender idiomas como
sendero para unir la humanidad, en vez de separarla.
El grupo 2 nos dice que, a
partir de ahora, se abre una puerta en nuestro interior que nos conducirá, paso
a paso, a disminuir la distancia interior entre el yo y el no-yo. En vez de
tener dos caras que miran en direcciones opuestas, iremos teniendo una sola
cara que vive el Presente Eterno. Este proceso interior se realizará tanto desde
el punto de vista de pareja, como en relación a los demás y, principalmente, a
nosotros mismos.
Es decir, a partir de ahora
las personas que realmente deseen una relación de pareja desde el corazón y
aprender a vivir desde el “nosotros” en vez del “yo”, se les abren
oportunidades para encontrar una persona adecuada para realizar este proceso de
aprendizaje. Y de este modo, encontrar una plenitud y un gozo interior a
ofrecer a la humanidad.
De esta manera, se irá adquiriendo
un conocimiento y una sabiduría más amplia del alma humana y de que, en
realidad, todos somos Uno, salvando, poco a poco, las distancias creadas desde
las creencias y la percepción basada en los 5 sentidos. Regidos por este grupo astrológico,
la pareja es vivida desde la perspectiva del corazón, donde dos son Uno. Y ese Uno
realiza una tarea de servicio a la humanidad y la Tierra.
El grupo 3 nos dice que, a
partir de ahora, la Justicia Cósmica, proveniente de la Luz y el Amor, será más
fácil que se ancle en los hombres y en la Tierra. Que se ponga en práctica,
ajustando a cada cual el lugar que le corresponde en la vida, y aprender de su
karma (dar y recibir). De manera que las injusticias que han separado y
provocado tantos conflictos, se repararán poco a poco, a medida que nuestras
conciencias así lo deseen. La ley del karma es, en realidad, la ley que nos
dice que aquello que damos, es lo que recibimos. Porque tal como es adentro es
afuera, y tal como es arriba es abajo. Porque en realidad, no existe el yo y el
no-yo, sino que todos somos Uno. Y todos los seres que estamos aquí en la
Tierra en estos momentos, sea atrapados en un ciclo kármico o no, seamos seres
humanos, animales, vegetales o minerales, es porque así lo hemos escogido. Es decir,
todos aquellos que estamos aquí es por la Gracia Divina que nos une y nos ha
escogido… es decir, por la rendición humilde y grande de nuestro Ser que dijo,
y continúa diciendo, sí al Amor Cósmico, energía exquisita que nos une para
realizar un aprendizaje común. Porque igual como estamos inmersos en
conciencias densas, éstas están a su vez inmersas en conciencias luminosas. Y ni
unos ni otros podemos escapar, dejando y apartando a un lado lo que no nos
gusta, o intentan aniquilarlo para así dejar de verlo con los ojos. Porque igualmente
existirán, solo que no lo veremos físicamente… o si, ya que en su lugar se alzarán
otros seres con conciencia parecida.
La ley cósmica de Justicia
nos dice que debemos a sentir a los “demás”, a las conciencias distintas a la
nuestra, como parte de un Yo-Uno. Porque solo de esta manera nos iremos
elevando de vibración y conciencia desde el Amor…
Junto al zodíaco, hay el
papel de las energías solares y lunares… es muy importante reconectar con ellas.
Es muy importante integrarlas en nuestro interior, porque forman parte de
nuestra alma. Y nuestro Ser no estará completo sin el sol y la luna…
Desde el día del solsticio de
invierno se crea un hermoso puente, o pasaje, de 15 días a través del cual las
energías del solsticio son potentes y se reafirman en sí mismas. Son unos días
donde las energías del final de año y el principio del siguiente danzan entre
sí… unos días donde muerte y renacimiento bailan de forma exquisita,
animándonos a desprendernos de todo aquello que ya no es necesario para
nosotros y realizar nuevos propósitos de vida para el nuevo año que empieza. Igual
como la naturaleza se desprende de sus últimas hojas, que caen dulcemente a
tierra y transformarse en abono para las nuevas cosechas, así es importante que
lo hagamos también nosotros. Tanto a nivel físico, desprendiéndonos de aquello
viejo o caduco, como a nivel emocional (emociones y sentimientos que podemos
canalizar hacia el corazón para liberarnos de cargas innecesarias), y mental
(creencias e ideas que son caducas, o que ya que no nos sirven para aprender y
evolucionar).
Una prueba de este pasaje, mágico
y único, cósmico e interior al mismo tiempo, es que la luna el día 21 de
diciembre se encontraba en Acuario, potenciando el elemento Aire del primer
grupo astrológico que os comentaba. Y reafirmando y anclando las energías que
nos ha traído el solsticio. El 30 de diciembre estará en Géminis, potenciando
las energías del segundo grupo astrológico. Y el 6 de enero 2018 se encontrará
en Libra, potenciando las energías del tercer grupo astrológico.
A partir de aquí, que cada
uno reflexione y realice los rituales más apropiados para su conciencia. Sea desde
escribir en un papel lo caduco que quiere desprenderse, y después quemarlo,
como signo de desprendimiento. Como también escribir en otro papel lo nuevo,
los deseos, intenciones y voluntad de realizar a lo largo del nuevo año. Este papel
se puede enterrar en la tierra, para que de germine y de fruto. Sea en un
tiesto que tengamos en casa, o en el jardín o la montaña.
Estos rituales sencillos se
pueden acompañar de la quema de incienso o de una vela a la que hemos perfumado
con algún aceite esencial, (ambos relacionados con el elemento Aire y Fuego), y/o
con un bol con agua perfumada (sea hidrolato o agua floral) que representa el
elemento Agua. El papel donde escribimos es representante del elemento Tierra,
junto con la tierra que utilicemos para enterrar el papel con los nuevos propósitos.
Los aceites esenciales de
incienso, pruche, elemí, eucalipto limonado, y katrafay van bien para
desprenderse de lo viejo, por ejemplo. Mientras que los aceites esenciales de
cedro, pino, abeto, entre otros, van bien para anclar lo nuevo.